lunes, 22 de febrero de 2010

Al despertar...


…la respiración aparece en mis oídos, de repente, como si todo lo vivido en el sueño solo fuese eso, un sueño. Me escucho, a mi misma, dentro de mí. Poco a poco comienzo a percibir sonidos huecos, de fuera de mi cuerpo. Ya no soy un sueño. Abro los ojos y me acostumbro a las penumbras, a la pesadez en la cabeza, a un cuerpo sedado que parece que comienza a despertar. Siento que las sabanas envuelven como vendas mi cuerpo, resultado de una noche agitada en la que el sueño vivía como realidad. Despojarme de las sábanas, despojarme del pijama, despojarme de la piel. Quizás el despertar podría ser el mismo traumatismo que un parto. Lo mismo que sufre una idea al salir de nuestro consciente.
Algo parece que me apresa, pero ya no son las ropas de la cama. Allí tumbada, boca arriba, percibo el tiempo del silencio. Esos minutos en los que ya se donde estoy. Que ya no soy un sueño. Que ya estoy, que es día, o eso me dice la poca luz que atraviesa la persiana, el vidrio, la tela del estor, el espacio… y mi retina.
Siento el frío de la mañana, un golpe de frío que intenta avisarme que no podré prolongar demasiado mi inmovilidad. Alargo la mano hacia el móvil, porque lo primero es cerciorarme de que ya basta, que ya no puedo dilatar más este instante. Froto mis pies, uno contra el otro, giro mi cuerpo hacia la izquierda, y ellos determinan que hay que posarse sobre el suelo, echarle valor al nuevo día. Sentada vuelvo a mirar hacia la ventana, cerrada, quieta, dentro, oscuridad…afuera hay vida, vidas como la mía, que llevan horas despiertas, con luz y sin sueños, sin sueño. Ya de pie, mi inconsciente alarga la mano hacia la persiana, miro entre la rendija del estor y la ventana para ver…

...la mañana.


¡Abre la ventana!

Alba Armada González

3 comentarios:

  1. Hay que abrir la ventana y que nos inunde la luz del día pero con cuidado, que no se nos escapen los sueños al abrirla!

    Leti

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  2. Muy bonito Alba, me encanta. PRECIOSO. No puedo decir más.
    Meri.

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  3. Muy bonito Alba, precioso, me encanta. No puedo decir nada más.

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