lunes, 16 de noviembre de 2009

Quiero hablar del Otoño. Una estación del año que provoca un cambio, y en muchas ocasiones un final de algo y y un nuevo inicio. Se acaba el verano, las vacaciones, esos días llenos de luz en los cuales apetece hacer muchas actividades ó en los que simplemente se disfruta de ellos. Se acaban y empieza la vuelta a una estación más fría, más oscura, más tenue, en la que muchas personas vuelven al trabajo, empiezan un nuevo curso o simplemente siguen con su vida.

Este cambio, aunque sencillamente sea el cambio climatológico puede afectar a las personas. Puede haber más momentos meláncolicos, nostálgicos, más tristes e incluso con menos energía. No se sabe si realmente es la serotonina, la condición psicológica de muchos seres humanos o la sensibilidad del momento que se está viviendo. Pero sí creo q es una estación del año diferente. Quizá esté hablando de ella desde un punta de vista pesimista, por eso ahora quiero decir que todo siempre nos puede ofrecer algo. Que hay que caminar por nuestras ciudades o lugares con los ojos abiertos, porque pueden ofrecernos verdaderas maravillas.

El Otoño nos regala una multitud de colores en su naturaleza y una luz diferente al resto del año. No hay cómo pasear por un parque urbano o en cualquier paraje natural para percibirlo. Es un espectáculo de color que no podemos perdernos y dejarlo pasar sin disfrutarlo.











Todo cambia, las hojas de los árboles, los parques, la imagen conjunta de la ciudad e incluso esa arquitectura que vemos y que aunque pensemos que es siempre la misma, no lo es. El reflejo de la nueva luz del otoño puede cambiar la percepción de esas fachadas a las que nos hemos acostumbrado y que no prestamos atención. No nos lo perdamos, caminemos observando y disfrutando lo que tenemos. Porque por muchos cambios y muchas circunstancias que nos puedan influir, en este presente que vivimos siempre puede pasar algo bueno aunque todo se vea gris.


domingo, 15 de noviembre de 2009

Elogio de la sombra

" A nosotros nos gusta esa claridad tenue, hecha de luz exterior y de apariencia incierta, atrapada en la superficie de las paredes de color crepuscular y que conserva apenas un último resto de vida. Para nosotros, esa claridad sobre una pared, o más esa penumbra, vale por todos los adornos del mundo y su visión no nos cansa jamás."
Tanizaki
Continuamos con el mundo de las sombras con un vídeo que representa la sombra de los árboles y las sombras que ellas generan a su vez.

Leticia

lunes, 26 de octubre de 2009

rompiendo el hielo